jueves, 7 de febrero de 2008

Drogas, consecuencia: Abstraerse de la realidad.


Una vez escuche decir a una dirigente política en una conferencia en la que me toco estar, en relación a la realidad social argentina de principios del siglo XXI, unas sabias palabras que a continuación reproduzco: “el principal problema que tenemos no es la pobreza, sino la enorme desigualdad social que existe, antes éramos pobres de ingresos, ahora somos pobres de posibilidades”.
A simple vista, esto no parece tener mucho que ver con el titulo del presente capitulo, pero en realidad creo que tanto en la pobreza/marginación como en la desigualdad social se encuentra la raíz de las adicciones a las drogas por parte de muchos jóvenes, con esto no quiero decir que sean las únicas causas y que no existan otras, pero si me interesa focalizar sobre las mismas, ya que sin querer, funcionan como propiciadoras de vicios sociales.
Pero, cabe preguntarnos: por qué un joven se vuelve adicto a las drogas?, indudablemente que mucho tiene que ver la sociedad de consumo en la cual nos encontramos, y lamentablemente no por elección sino por imposición, de quien? Probablemente de la llamada globalización. Ahora bien, volviendo al tema, cierto es que el ser humano en su etapa de adolescencia y juventud esta construyendo su identidad y su personalidad, con lo cual tenemos que, muchas más van a ser sus dudas y sus temores que sus certezas y fortalezas de animo; sumémosle a ello que constantemente los medios de comunicación, fundamentalmente, la publicidad nos “ordena”, por ejemplo, que usemos solamente zapatillas “Nike”, que tengamos el ultimo nokia nº 500.020, y que en nuestros almuerzos nunca falten el Big Mac y la Coca, ¿cómo hacemos para mantener el equilibrio emocional y el buen animo, cuando no podemos acceder a estos bienes por no poder costearlos?. Peor aun, como hacemos para soportar el hecho de que nuestro vecino, nuestro amigo, o nuestro conciudadano, sí pueda disfrutar de la posibilidad de acceder a esos bienes y nosotros no, y para colmo de males tengamos la posibilidad de verlo con nuestros propios ojos con todo lo que ello implica, y saborear en nuestro interior esa amarga sensación de que solo algunos pueden y que el resto debe conformarse con mirar.......no son acaso todos ellos seres humanos, al igual que nosotros? No nos enseñaron en la escuela que todos los ciudadanos tenemos los mismos derechos (a alimentarnos, a vestirnos, etc.)?
Si bien en el primer caso, de una manera muy sintética ejemplifico a la pobreza, y en el segundo, a la desigualdad social, en ambos casos esta presente la marginación o exclusión social, sin duda alguna que no todos van a tener la suerte de contar con un psicólogo amigo que les pueda ayudar a canalizar su insatisfacción o desagrado respecto del modus vivendi de la sociedad actual, y entonces es allí, donde aparecen las drogas como ese remedio mágico que permite abstraerse de la realidad, sacarnos por un determinado espacio de tiempo, de ese mundo desigual, indiferente, e individualista, y llevarnos de viaje a un mundo imaginariamente mucho mas placentero, en donde mi ser sí es el que disfruta y ya no el que simplemente observa en forma pasiva. Esa abstracción de la que hablo, debe ser entendida como una salida de emergencia, como un querer escaparnos de algo, el reconocimiento y la confirmación de que existe un entorno positivo y uno negativo hace de que en la negación de ese entorno que nos perturba, uno tome la primera salida de emergencia que encuentra en su camino, sin darse la posibilidad de reflexionar, por un instante al menos, sobre la conveniencia o no de “tomar” la misma y obviamente también sobre las probables consecuencias.
El mundo en el que nos toco vivir es este, y por ende debemos asumirlo como tal, la cuestión no pasa por ahí, no podemos sentarnos resignados y decir: “ la sociedad es la responsable de el estado en el que me encuentro”, pasa por la actitud que adoptamos, por como nos posicionamos frente al mundo, más allá de las adversidades, debemos tener el coraje y la fuerza necesaria para levantarnos cada vez que seamos tumbados, que seguramente van a ser las mas de las veces, y no por ello debemos asustarnos. La vida es un reto y debemos afrontarlo.